El Renacimiento Nuclear

De arma de destrucción masiva a la salvación del planeta: la historia del poder atómico

¡Buenas buenas mi gente!

Bienvenidos a un nuevo CHAPUZÓN.

Te Tenemos una preguntica corta. A veces nos inspiramos, y escribimos sobre cosas un poco locas. Desde tesoros piratas perdidos en el Caribe, hasta cómo las mascotas hablan. El tema de hoy es un poco más centrado en las noticias del momento, parecido a ediciones anteriores como La Crisis de Fertilidad y el Deep Dive del éxito de NVIDIA.

Nuestra pregunta es: ¿Qué prefieren? ¿Qué nos enfoquemos en temas relevantes al momento actual, o cosas medio tostadas pero muy interesantes?

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En 1905, Un empleado de la oficina de patentes en Suiza publica un estudio con una formulita que cambiará el mundo para siempre

Energía (E) = masa (m) * la velocidad de la luz al cuadrado (c2)

Einstein acaba de demostrar que la materia y la energía son intercambiables.

39 años después, en el desierto de Nuevo México, Robert Oppenheimer observa su creación con horror y asombro. “Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos”, susurra, citando el Bhagavad Gita mientras la primera bomba atómica de la historia ilumina el amanecer.

Semanas después, Hiroshima y Nagasaki son borradas del mapa.

La explosión de ‘Fat Man’

Cómo quedó Nagasaki

La humanidad desató el poder del átomo, y nada volvería a ser igual.

Pero entre las cenizas de la destrucción, científicos como Enrico Fermi vieron algo más: Si podíamos usar el átomo para destruir ciudades, ¿por qué no usarlo para alimentarlas?

La energía es vida. Sin ella, solo hay oscuridad, hambre y frío. Con ella, tenemos luz, seguridad y progreso. Y aquí estaba la fuente de energía más poderosa jamás descubierta - una donde un gramo de uranio contenía la energía de 2,000 litros de petróleo.

“Too cheap to meter” - “Tan barata que ni valdría la pena cobrarla”, prometían los expertos de la “Era Nuclear” post-Segunda Guerra Mundial. El sueño de energía ilimitada y limpia parecía al alcance de la mano.

70 años después, no estamos ahí (nuestra factura mensual de la luz, sin duda, nos la cobran). ¿Qué pasó?

Por décadas, el miedo venció al optimismo. Cerramos plantas, cancelamos proyectos, y le dimos la espalda al átomo. El progreso nuclear se congeló.

Pero ahora, algo está cambiando. China construye más reactores que el resto del mundo combinado. Amazon, Google, y Meta quieren abrir sus propias plantas nucleares. Nuevas startups prometen llegar a la fusión nuclear. Hasta los ambientalistas más abraza-árboles están reconsiderando su posición.

¿Y si la tecnología que más le agarramos miedo es la que podría salvarnos e impulsarnos al futuro?

En este Chapuzón, vamos a explorar:

Del Átomo a la Electricidad: Cómo el arma más terrible se convirtió en fuente de vida

El Gran Apagón: Por qué le dimos la espalda a la energía más limpia que teníamos

El Despertar Nuclear: La nueva generación de reactores que promete energía ilimitada

El Futuro Brillante: Por qué la energía nuclear podría ser nuestra mejor esperanza

Así que agarra tu café, échale un chin de Uranio, y prepárate para descubrir cómo la fuerza más poderosa del universo podría ser la clave para salvar nuestro planeta y elevar a toda la humanidad a un nuevo nivel de prosperidad.

El átomo ha vuelto, y esta vez, viene a salvarnos.

¡Suéltale!

Del Átomo a la Electricidad: Cómo el arma más terrible se convirtió en fuente de vida

¿Cómo Funciona este lío?

Antes de meternos en la historia de cómo pasamos de borrar ciudades del mapa a alimentarlas con energía nuclear, vamos a explicar cómo funciona. No te preocupes, ya sabes como somos. Te lo ponemos facilito. No necesitas un doctorado en física cuántica para entenderlo. ¡Pónganse sus batas de laboratorio y vamos!

Esto es un átomo. Todo en el universo está hecho de átomos. Literalmente todo: tu café, tu teléfono, tu perro, tú. Los átomos son tan pequeños que en un grano de arena hay más átomos que granos de arena en todas las playas del mundo, y por rato largo.

En el centro de cada átomo hay algo llamado núcleo (esas bolitas rojas y azules). Y en 1905, Einstein descubrió algo increíble: si puedes partir ese núcleo, liberas una cantidad ABSURDA de energía. Tanta, que un pedacito de uranio del tamaño de una moneda tiene la misma energía que 2,000 litros de gasolina.

¿Cómo partimos el núcleo?

Hay átomos más inestables que otros. Imagina que tienes una bomba de agua que está super llena (súper inestable). Hay varias bombas de agua así, pero una de las más llenas/inestables es la de Uranio (Uranio-235 esta lleno de núcleos grandes e inestables). Si golpeas esta bomba de agua con una piedrita (neutrón), ¡SPLASH! - explota y salpica agua por todos lados, liberando una cantidad RIDÍCULA de energía.

Pero eso no es todo.

Cuando la bomba explota, el agua salpicada golpea otras bombas de agua cercanas, que también explotan, salpicando MÁS agua que golpea MÁS bombas...

Es como una guerra de globos de agua nuclear, solo que cada globo tiene suficiente energía como para alimentar tu casa por años.

En una bomba atómica, todas las bombas de agua explotan al mismo tiempo - 💥 BOOM 💥.

Después de Hiroshima y Nagasaki, el mundo estaba aterrado. Habíamos creado algo capaz de borrar ciudades del mapa con solo apretar un botón. Pero en 1953, el presidente Eisenhower subió al podio de las Naciones Unidas con un mensaje que cambiaría todo:

Los Estados Unidos saben que el poder atómico puede servir para más que solo destrucción. Puede traer luz a los lugares oscuros del mundo”

- Dwight Eisenhower, Presidente de EEUU en 1953

Podríamos llamar esto un “PR Campaign” de los gringos después de volar dos ciudades completas y volverlas radioactivas por décadas, pero bueh.

Este discurso, llamado "Átomos para la Paz", marcó el inicio de la era nuclear civil.

Los mismos científicos que desarrollaron la bomba ahora querían construir reactores. Enrico Fermi, uno de los cerebros detrás del Proyecto Manhattan, lideró el camino creando el primer reactor que generó electricidad en 1951, que funciona así:

  1. Rompes átomos (piedrita a la bomba de agua) controladamente

  2. Eso genera MUCHÍSIMO calor

  3. Usas ese calor para hervir agua

  4. El vapor mueve una turbina

  5. La turbina genera electricidad

  6. Voilà. Tienes energía para toda una ciudad

Básicamente, un reactor nuclear es una tetera súper sofisticada que usa átomos mágicos en vez de fuego.

Despega la “Era Nuclear”

  • 1956: Se abre la primera planta nuclear comercial en Reino Unido

  • 1957: Estados Unidos estrena su primera en Pensilvania

  • 1960: Los reactores empiezan a brotar como hongos después de la lluvia

  • 1970: Francia decide convertirse en el rey nuclear de Europa

  • 1973: Nixon anuncia el "Proyecto Independencia" - ¡1,000 reactores nuevos!

El mundo se había enamorado del átomo. (Si tienes tiempo ve este programa de Disney de 1957 ‘Nuestro Amigo el Átomo’. Demuestra el entusiasmo general sobre energía atómica de la época.)

Las promesas eran enormes:

  • Energía tan barata que ni valía la pena medirla

  • Cero contaminación (comparado con el carbón que tenía a las ciudades negras de sucio y humo)

  • Independencia energética (Chao crisis del petróleo)

  • Y hasta había planes para autos y aviones nucleares

Para los 70, el futuro nuclear parecía imparable. Los ingenieros habían domado al átomo.

Las plantas nucleares llegaban como catedrales del progreso, símbolos de un futuro donde la energía sería limpia, abundante y barata.

Pero como en toda historia de amor, las cosas estaban a punto de complicarse...

El Gran Apagón: Por qué le dimos la espalda a la energía más limpia que teníamos

28 de marzo de 1979. Three Mile Island, Pensilvania.

Una válvula se atasca. Una sirena suena. Se empieza a derretir el reactor. El pánico se apodera de la sala de control.

La peor pesadilla nuclear de Estados Unidos acababa de comenzar. Yyyyyyy terminó ahi mismo.

Sí, se escapo algo de radiación que expuso a la población. Esta exposición fue equivalente a aproximadamente 1/6 de una radiografía y no tuvo efectos detectables en la salud de los trabajadores de la planta ni del público.

Aunque el “accidente” no causó ni una sola muerte (es más, vivir cerca de una planta de carbón es más peligroso que vivir cerca de Three Mile Island hoy en día), el daño ya estaba hecho. El público americano, alimentado por películas como "El Síndrome de China" (que casualmente se estrenó 12 días antes del accidente), entró en pánico.

26 de abril de 1986. Chernóbil, Ucrania.

Una prueba de seguridad mal ejecutada. Una serie de errores humanos. Un diseño soviético defectuoso.

Esta vez sí. Chernóbil explota, y sucede el peor accidente nuclear de la historia.

La explosión liberó 400 veces más radiación que Hiroshima. Un área del tamaño de Luxemburgo se volvió inhabitable.

El sueño nuclear se convirtió en pesadilla.

A las semanas, ya el apetito mundial por energía nuclear se acabó:

  • Italia cerró todas sus plantas nucleares

  • Alemania empezó a apagar plantas

  • Estados Unidos frenó construcción de reactores

  • Los costos se dispararon por nuevas regulaciones de seguridad

  • La palabra "nuclear" se volvió sinónimo de "peligro"

2011 Fukushima, Japón.

Un terremoto de magnitud 9.0 golpeó la costa de Japón. El tsunami más destructivo en la historia del país siguió después. Olas de 14 metros de altura sobrepasaron las barreras de protección de la planta nuclear de Fukushima.

Los sistemas de emergencia fallaron. Los generadores de respaldo se inundaron. Tres reactores se sobrecalentaron y se derritieron parcialmente.

El mundo entró en pánico. De nuevo.

A pesar de todo esto... no hubo muertes por radiación. Ni una sola.

El accidente nuclear "catastrófico" del siglo XXI resultó menos letal que una tarde promedio en una mina de carbón.

Y sin embargo, el daño al futuro nuclear estaba hecho. Alemania anunció que cerraría todas sus plantas. Japón apagó sus reactores.

El mundo parecía listo para abandonar la energía nuclear para siempre.

Pero algo inesperado pasó. Mientras los políticos corrían a cerrar plantas nucleares, una nueva generación de ingenieros y empresarios vio una oportunidad. Si los reactores actuales son vulnerables a desastres naturales... ¿por qué no crear reactores que sean físicamente imposibles de derretir?

Una ola de innovación nuclear empezó silenciosamente. Nuevos diseños. Nuevos materiales. Nuevas formas de pensar sobre la energía atómica.

Poco a poco, y de repente, empezó una revolución nuclear que nadie vio venir...

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